Aunque algunos, que como en tantas ocasiones deberían de dar ejemplo, no lo entiendan así, en la Oración Universal u Oración de los Fieles, el Pueblo, ejercitando su oficio sacerdotal, ruega por todos los hombres(Papa, Iglesia, Estado, necesidades personales....).La asamblea expresa su súplica o con una invocación común, que se pronuncia después de cada intención, o con una oración en silencio.
En nuestra liturgia, la Oración de los Fieles tiene la potencialidad de dar la bienvenida y hacer que todos se sientan “tomados en cuenta”. Las oraciones al igual que la hospitalidad y la piedad hacen
una llamada a los creyentes para remediar a los afligidos y enajenados. Sentirse bienvenido y tomado en cuenta es lo que distingue la base de las Comunidades Cristianas entre el presente y el futuro prometido. Sentirse bienvenido y tomado en cuenta son las características del reino de hoy y del que está por venir.
Sentirse bienvenido y tomado en cuenta surgen de la fuente de la hospitalidad. El primer
ministerio de Jesús fue acerca de la hospitalidad que honraba a todos por igual. ¿Podrían
las comunidades cristianas ser algo menos que hospitalarias, amigables y comprensivas?
Solamente desde el lugar que da la bienvenida es que la fe puede hacer justicia.
