2º: Esperar que termine el Cabildo.
3º: Cuando salgan los miembros de la Candidatura ganadora liar la pajarraca: empezar a insultarlos y amenazarlos de muerte.
4º: Hacer todo esto en presencia del Director Espiritual que llamará de inmediato a Caravaca y quedará sumido en una "profunda preocupación".
5º: Jamás llegará el nombramiento de la Candidatura ganadora como dicen las normas.
6º: Transcurridos unos meses te citarán para decirte que tu Hermandad "tiene problemas", nombrarán un Comisario y repetirán las Elecciones. Así hasta que salga el candidato que quiera el Cura.
NOTA: Da igual el resultado y el Acta del Cabildo. Es imprescindible también que el Consejo Local se doblegue a los intereses del cura y que el resto de Hermandades imiten el comportamiento de Judas Iscariote.
